sábado, 28 de junio de 2008

Maestros más allá de las clases, mi entrevista en el Mercurio





Maestros más allá de las clases

Fuente: cuerpo D de Reportaje del Mercurio,

Saben que su carrera no los hará millonarios. Al contrario. Son muchos los sacrificios que deben pasar, pero muchas también son las satisfacciones que reciben de su trabajo. Profesores de colegios con distintas realidades cuentan cómo hacen para desempeñarse en un mundo donde la mejor paga no es el sueldo. Un trabajo que, literalmente, no tiene precio.

MOISÉS ÁVILA y MARIELA HERRERA

Marcela Castro, Colegio Ammillan, Región de la Araucanía:

"El postítulo cuesta $70 mil al mes. Es difícil pagarlo"

"Vivo muy cerca de Loncoche. Todos los días camino un kilómetro y medio para tomar el bus que me lleve al colegio en donde trabajo, el Ammillan, que en Mapudungún quiere decir "Alma de Oro".

"Se trata de una escuela municipal subvencionada de educación diferencial, ubicada en Pitrufquén, a casi 50 kilómetros de mi casa. Soy la profesora encargada.

"Me encanta lo que hago. Me gusta la educación especial y la defensa de los niños desvalidos, levantar la voz por ellos, que muchas veces no saben expresar sus emociones. Llevo 15 años de maestra.

"Tenemos 46 alumnos y somos cuatro profesores. Los sueldos en el colegio varían entre 350 y 500 mil pesos. Estoy casada y tengo dos niños. Mi esposo también es profesor, pero está cesante así que, por el momento, mis ingresos sirven para sostener el hogar.

"Mis hijos también estudian en Pitrufquén, en un colegio particular subvencionado y salen todas las mañanas conmigo. Decidí instalarme en Pitrufquén, porque mi abuelo vivía allá, en el campo. Salimos de Santiago con mi esposo y mis hijos, para alejarlos un poco de los peligros de la capital.

"Mi sueldo me permite cubrir la alimentación y vestimenta de mis hijos. La recreación también, pero va en segundo plano por todos los gastos que uno tiene que asumir.

"Siempre trato de capacitarme como maestra. A veces postulo a becas. Lamentablemente los postítulos o magísteres tiene que pagarlos uno mismo y debe invertir en ello unos 70 mil pesos mensuales. Es difícil pagarlo. No estamos en condiciones. Yo logré financiarme uno sobre orientación y elaboración de materiales.

"En nuestro colegio, muchas veces carecemos de material didáctico, que es caro para niños especiales, peor si se trata de familias de escasos recursos".

"Mi sueldo me permite cubrir la alimentación y vestimenta de mis hijos".

Carlos Céspedes, Colegio Everest Masculino, Lo Barnechea:

"Esta es mi vocación. No estoy aquí para ser rico"

"Decidí ser maestro por el buen ejemplo que tuve de mis profesores en el colegio y por el profundo espíritu de servicio que me inculcaron mis padres. Esta decisión la tomé por vocación y no porque haya salido bajo en la PSU."Estudié Pedagogía en Educación Básica en la Universidad Católica. Egresé en 1993. Soy soltero. Empecé trabajando en un colegio emblemático, como el Liceo Zambrano. Allí conocí a los Legionarios de Cristo. Me formé con ellos, y diez años después, ingresé a trabajar al Colegio Particular Everest, donde estoy ahora. Trabajé en las aulas por dos años y luego me dieron labores de coordinación."Ningún profesor tiene inicios fáciles en lo que a renta se refiere. En esta carrera, los sacrificios se dan a cada momento. Uno tiene que esforzarse y no estancarse. Vengo de un hogar de padres sencillos. Nací en María Pinto, cerca de Melipilla. Allá me crié y fui al colegio. Luego llegué a Santiago a estudiar. Al principio viví con un familiar. Luego, con esfuerzo y trabajo, compré un departamento en Santiago. Como soy soltero, no tengo mayores inconvenientes. Soy muy organizado con mis cosas. Si fuera casado, la situación probablemente sería diferente. Mis ingresos actuales me permitieron comprar un auto, y de algún modo, devolverles la mano a mis padres que se esforzaron por mi educación.

"Este colegio nos da muchas oportunidades a los maestros. Tenemos capacitaciones dos veces al año de acuerdo a las necesidades de cada profesor, y nos dan el tiempo suficiente para realizar especializaciones y maestrías, que son financiadas por la propia institución. Se preocupan mucho por las necesidades de cada uno de los docentes.

"Puede haber gente con mucho dinero, que ya aseguró su futuro, de su familia y el de sus siguientes generaciones. Pero la felicidad no está allí, sino en desempeñarse plenamente en lo que a uno le gusta hacer. La riqueza mía está en ver a lo mejor en 10 años más a un alumno mío líder en alguna empresa, líder juvenil o político, tomando decisiones importantes para el país. Saber que yo puse un granito de arena en eso es gratificante. Lo material se puede subsanar de muchas maneras. Esta es mi vocación. No estoy aquí para ser rico. El objetivo de este colegio es que nuestros alumnos, con sus acciones, estén cada vez más cerca del Cielo.

"Puede sonar sobrenatural lo que digo, pero si hay algún profesional que lo está haciendo bien humanamente en su vida diaria, y se formó en este colegio, estamos cumpliendo".

"La riqueza mía está en ver en 10 años más a un alumno mío líder en alguna empresa, líder juvenil o político, tomando decisiones importantes para el país".

Paola Díaz, Liceo Hernando de Magallanes, Villa Francia, Estación Central:

"Siento que Dios me tiene aquí por algún motivo"

"En un lugar donde la pobreza es el denominador común, un maestro tiene que ingeniárselas.

"Hace diez años que soy maestra. Estudié educación media en la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez y llegué al Liceo Hernando de Magallanes -particular subvencionado- hace cuatro años.

"Vivo en la comuna de San Miguel, junto con mi madre. Mi sueldo es de 360 mil pesos. Como soltera, no tengo mayores inconvenientes con mis ingresos, pero si estuviera casada sería más difícil. Antes, además de este trabajo, tenía otro en Chilecalifica como profesora de enseñanza adulta, pero tuve que dejarlo porque terminaba demasiado agotada.

"Amo mi carrera y es rico ver cómo un alumno nuestro, a pesar de sus condiciones, empieza a tomar interés por las materias. Yo enseño Lenguaje, y que el estudiante se interese, aunque sea de forma mínima por algún libro que proponemos, ya es un gran paso. Si se lo puede comprar, y se lo lee completo, más grato aún.

"Nuestro trabajo va más allá de las aulas. Nos convertimos a veces en papás, psicólogos y hasta médicos de los alumnos. Llevamos los problemas del colegio hasta nuestras casas. Incluso, tenemos que preocuparnos por si tomaron desayuno bien antes de asistir a clases.

"Me gusta hacerlos escribir. Hemos encontrado gente con muchos dones. Pueden tener problemas de ortografía, pero escriben muy lindo. Son diamantes en bruto que necesitan de nuestra ayuda.

"Una vez tuve que llevarlos al teatro y hubo quienes pensaron que se iba a armar un desastre. Pero se portan tan bien. Sacarlos de este ambiente los cambia. Me agrada mucho haberlos podido motivar en mi curso. El cuaderno más lindo que tienen es el de lenguaje. Siento que Dios me tiene aquí por algún motivo".

"Nos convertimos en papás, psicólogos y hasta médicos de los alumnos. Llevamos los problemas del colegio hasta nuestras casas. Incluso, tenemos que preocuparnos por si tomaron desayuno".

Carolina Urra, Liceo Esteban Kemeny, Pedro Aguirre Cerda:

"Esta profesión hay que vivirla para entenderla"

"Me levanto a las 5:45 horas todas las mañanas. Salgo siempre corriendo de mi casa en La Florida y tomo una micro hasta Gran Avenida y de ahí un colectivo que me deja acá. Tras una hora y 15 minutos de viaje llego al Liceo Esteban Kemeny (particular subvencionado, miembro de la Corporación Aprender), en Pedro Aguirre Cerda.

"Aquí he trabajado durante 14 años enseñando mi especialidad, que es Servicio de Alimentación Colectiva. De aquí, los chicos salen como técnicos de nivel medio, lo que les permite abrirse camino en el mundo laboral.

"Cuando era niña (ahora tengo 35 años) quería ser parvularia; siempre me llamó la atención el tema de los niños. Pero egresé del colegio y estudié cocina internacional en el Inacap. Lo vi harto rentable, pero después no lo fue tanto, además de ser un campo bastante masculino, ¡hasta que la vocación tiró fuerte! Vi un aviso en el diario, de que se necesitaba una profesora, fui a la entrevista y quedé. Aquí estoy enseñando a los jóvenes sobre la manipulación de los alimentos y conceptos de gastronomía.

"Así me paso la semana haciendo 44 horas de clases, con un sueldo líquido de 300 mil pesos. En lo económico, ésa es mi realidad. Afortunadamente, mi marido tiene otro ingreso, con lo que hacemos una renta de 700 mil pesos. Yo no podría sola con mi sueldo, menos aún con nuestra hija.

"Cuando surgen gastos extraordinarios tenemos que recurrir a préstamos de emergencia o a la tarjeta de crédito. ¿Ahorros? No alcanzamos a ahorrar; además, nuestra hija es re enfermiza. Siempre estamos que el médico, que el inhalador, que el tratamiento respiratorio; ahora ha estado mejor, pero igual es una preocupación.

"Claro que cuando llego al liceo intento dejar mis problemas de la reja para afuera. Yo trato con jóvenes que, en general, no cuentan con adultos comprometidos o responsables que estén detrás de ellos, y viven en un sector muy vulnerable, y que me escuchen es mi mayor satisfacción. Esta profesión hay que vivirla para entenderla. Es como un servicio que les prestamos a los alumnos y a los apoderados, y tal como ellos se merecen todo nuestro respeto, necesitamos que nos respeten también.

"Termino mi jornada a las 17:20 horas, y cuatro veces a la semana corro a la UMCE, donde estoy regularizando mi título en Pedagogía. De ahí llego a mi casa -que es la de mis papás porque nosotros estamos de allegados- cerca de las 22 horas".

"Así me paso la semana haciendo 44 horas de clases, con un sueldo líquido de 300 mil pesos. En lo económico, ésa es mi realidad".

Gabriel Romo, Liceo Manuel Barros Borgoño, Santiago:"Con Pedagogía podía devolverle la mano a la educación pública"

"En un comienzo, mis papás querían que estudiara Derecho, pero cuando me vieron con entusiasmo por la Pedagogía me apoyaron en todo. Me motivaba una cosa más idealista, como poder cambiar el mundo, aportar, y al final sentí que con Pedagogía yo podía devolverle la mano a la educación pública. Yo estudié en el liceo Darío Salas, y sentí que tenía que entregar lo que me habían dado.

"Soy el primer profesional de mi familia; por eso, cuando es necesario, ayudo en la casa con algunos gastos. Como soy soltero, de 30 años, y vivo con ellos, todavía no tengo grandes responsabilidades. Aun así, los 360 mil pesos líquidos que gano enseñando Historia y Ciencias Sociales en el Liceo Manuel Barros Borgoño se hacen poco. Hago 33 horas que se reparten entre 1º y 2º.

"En lo económico, formo parte de la mayoría de los chilenos endeudados. Mis primeras deudas fueron para comprarme ropa formal para el trabajo y libros para poder defenderme.

"A veces logro tener otras entradas. Ahora, por ejemplo, soy examinador de pruebas de Chile Califica (programas para que gente adulta termine su cuarto medio).

"Estoy en el Barros Borgoño desde las 8 hasta las 19.30 horas, porque, además de las clases, asesoro al centro de alumnos y soy dirigente gremial de los docentes de acá, y con los movimientos de estas semanas, he tenido que estar más presente.

"Hace poco me ofrecieron trabajar en la Dirección Provincial de Educación, pero me dijeron '44 horas o nada'... mejor nada, porque quiero más años de experiencia en el aula. Allí iba a ganar 200 mil pesos más, pero ya estaba comprometido con el liceo".

"En lo económico, formo parte de la mayoría de los chilenos endeudados. Mis primeras deudas fueron para comprarme ropa formal para el trabajo y libros para poder defenderme".

1 comentario:

Juan C Araya dijo...

Gabriel
Un gusto poder visitar tu blog, la realidad que cuentas es la de muchos docentes, especialmente de la ed pùblica,por eso da rabia e indignaciòn la forma en la que la Concertaciòn ha tratado a todos los profesores.
Saludos